Drogas
Píldoras que el cuerpo convierte en una droga ilícita y pueden evadir la detección
Los profármacos no son drogas si se analizan antes de interactuar con el metabolismo de las personas, esto complica su rastreo.
Los narcotraficantes han encontrado una nueva forma de engañar a las fuerzas del orden. Han decidido utilizar una de las herramientas más potentes de que dispone nuestro organismo: el metabolismo.
A través de esta situación, se abre el nuevo mundo de los profármacos. Estas son sustancias que solo pueden causar efecto una vez descompuestas por las enzimas del sistema digestivo u otras reacciones químicas del organismo.
Aunque tienen usos farmacológicos legítimos aprobados por los médicos en su categoría, también se usa como drogas callejeras. Es un fenómeno relativamente nuevo.
La mayoría de las drogas ilícitas se relacionan con receptores específicos de las células cerebrales, que puede estimular o bloquear la liberación de unas sustancias químicas llamadas neurotransmisores.
Estas duran poco tiempo antes de transformarse en sustancias químicas inactivas o menos activas, que luego se eliminan del organismo, normalmente por la orina.
La incautación de profármacos de LSD, como el ALD-52, aumentó en el momento álgido de la pandemia de covid-19 y se ha visto casos recientes en Japón y Brasil.
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