Arequipa
Madre muere atropellada por camioneta mientras arreaba ganado en carretera.
La víctima deja a sus tres hijos en orfandad, uno de ellos de tan solo seis años de edad.
Arequipa.- La madrugada de este 27 de marzo, la vida de Raquel Aza Condori, una madre trabajadora de 38 años, terminó de forma trágica en el distrito de Sachaca, Arequipa. Mientras arreaba a su ganado por una oscura carretera rumbo al pastizal, fue atropellada por una camioneta conducida por Maricielo Huamán Cabrera, una joven universitaria de 19 años. El impacto fue brutal y dejó a Raquel sin vida al costado del camino.
Era una mañana como cualquier otra para ella. Se había levantado temprano, como de costumbre, para llevar a sus animales a pastar antes de dirigirse a su trabajo en una picantería. Pero el destino le tenía preparado otro final. En el jirón Teresa de Calcuta, una vía angosta y sin iluminación, una camioneta la embistió con tal fuerza que su cuerpo fue lanzado varios metros hasta caer en un canal de regadío. Uno de sus animales quedó gravemente herido y, según informaron los vecinos, tendrá que ser sacrificado.
Los minutos pasaban y la ayuda no llegaba. Los pobladores llamaron desesperadamente a las autoridades, pero el serenazgo tardó más de una hora en aparecer. Cuando finalmente llegaron, ya era demasiado tarde. Raquel había partido, dejando atrás a tres hijos que ahora tendrán que crecer sin su madre. El más pequeño, de apenas seis años, aún no comprende la magnitud de la tragedia.
Raquel no solo era el pilar de su hogar, sino también una mujer trabajadora que hacía todo por sus hijos. Además de criar su ganado, trabajaba como ayudante de cocina para poder darles un futuro mejor. Sus vecinos la recuerdan como una persona amable y luchadora, siempre con una sonrisa a pesar de las dificultades. Hoy, su comunidad llora su pérdida y clama por justicia.
La joven conductora de la camioneta ha sido detenida por la Policía mientras se investigan las circunstancias del accidente. Aún no se ha determinado si manejaba bajo los efectos del alcohol, pero enfrenta una denuncia por homicidio culposo. La familia de Raquel exige respuestas y una sanción ejemplar para la responsable de su muerte.
Pero más allá del accidente, los pobladores de Sachaca están indignados. No es la primera vez que ocurre una tragedia en esta vía. La falta de iluminación, señalización y medidas de seguridad ha convertido esta carretera en una trampa mortal. Los vecinos piden urgentemente alumbrado público y reductores de velocidad, antes de que otra familia tenga que llorar la pérdida de un ser querido.
Raquel Aza Condori ya no está, pero su historia no puede quedar en el olvido. Su familia, sus amigos y su comunidad seguirán luchando para que su muerte no sea en vano. En medio del dolor, queda la esperanza de que su caso sirva para evitar más tragedias y que sus hijos, aunque sin su madre, crezcan en un mundo más justo y seguro.
Fuentes: Yaraví, Correo
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