Israel.- El grupo islamista Hamás condicionó este 15 de marzo de 2025 la liberación de rehenes en Gaza al cese definitivo de la guerra y a la entrada inmediata de ayuda humanitaria, en un nuevo capítulo de las tensionadas negociaciones con Israel.
En un comunicado emitido desde Jerusalén, Basem Naim, miembro del buró político de Hamás, reiteró la disposición del grupo a liberar al soldado israelí-estadounidense Edan Alexander, junto con los restos de otros cuatro militares, como parte de un “acuerdo excepcional”.
Sin embargo, exigió a Israel el inicio simultáneo de las negociaciones para la segunda fase del alto el fuego, que incluye el fin del conflicto y la retirada de tropas, así como la apertura urgente de los cruces fronterizos para asistencia.
La propuesta de Hamás se basa en el acuerdo de tres fases firmado el 17 de enero de 2025, según Naim, quien acusó a Israel de incumplir la primera etapa al no retirarse del corredor de Filadelfia, una zona estratégica en la frontera con Egipto.
“No habrá pacto si Israel no cumple lo pactado”, advirtió, señalando que las conversaciones para la segunda fase debían concluir en 50 días con garantía de mediadores como Egipto y Qatar. A cambio de Alexander y los restos, Hamás espera la liberación de un número aún no definido de presos y detenidos palestinos, en medio de una crisis humanitaria que agrava la situación en Gaza.
Por su parte, Israel mantiene una postura firme. Fuentes anónimas citadas por el canal catarí Al Jazeera indicaron que el gobierno israelí exige la liberación de 11 rehenes vivos, incluido Alexander, y la devolución de 16 cadáveres.
A cambio, ofrece excarcelar a 120 presos palestinos en cadena perpetua, 1,110 detenidos de Gaza y entregar 160 cuerpos. Esta contrapropuesta refleja la tensión entre ambas partes, con Israel priorizando la recuperación de sus ciudadanos y Hamás buscando aliviar el bloqueo que asfixia al enclave.
El anuncio de Hamás llega en un momento crítico, tras meses de enfrentamientos que han devastado Gaza y generado una emergencia humanitaria sin precedentes.
La apertura de cruces como Rafah es clave para permitir el ingreso de alimentos, medicinas y combustible, recursos escasos en la Franja. Naim insistió en que la ayuda debe fluir “inmediatamente” como condición para avanzar, mientras Israel ha sido acusado de restringir estos accesos, una medida que defensores de derechos humanos han calificado de castigo colectivo.
Las negociaciones, mediadas por Estados Unidos y países árabes, siguen estancadas. Hamás busca consolidar una tregua duradera que le permita mantener influencia en Gaza, mientras Israel apuesta por debilitar al grupo y recuperar a sus rehenes.
Este intercambio de demandas subraya la fragilidad del proceso de paz y el sufrimiento de miles de civiles atrapados en el conflicto.