Opiniones

Paro cocalero de 48 horas en Vraem: Ruptura, confrontación y escenarios

Por Jaime Antezana Rivera

El pasado viernes 9 de setiembre, se realizó una concentración de cocaleros en Natividad, en Pichari, convocado por la Fepavrae, la organización que los representa. La convocatoria fue para acordar medidas de lucha contra la erradicación "dentro de la jurisdicción de la Fepavrae", que inició el 6, en Pampa Hermosa y Pampa Alegre.

¿Que acordaron los cocaleros en esta convocatoria? La Plataforma de Lucha, firmada por el secretario general Ever Romero, señala que "por unanimidad" aprobaron realizar "un paro seco por 48 horas" los días 12 y 13 de setiembre. Es decir, un paro total. Aquí dan dos detalles más: uno, la concentración será en Pichari y, dos, la movilización será Pichari-Kimbiri-San Francisco.

¿Qué exige al gobierno de Pedro Castillo? Uno, "Paralización de la erradicación forzosa y compulsiva (de la coca) que se viene realizando en el Vrae". Esa demanda - como dice en su Plataforma - significa el "retiro del personal del Corah de la base militar de Alto Anapati". En otras palabras, cero erradicaciones en la principal cuenca de producción de coca y cocaína del Perú.

Dos, el "retiro de Devida del Vrae". A está demanda cuando han anunciado (Ollanta Humala, 2014) o intentado (Martín Viizcarra, 2019) erradicar en la "jurisdicción de la Fepavrae", le añadieron una nueva razón: "no ha sabido articular con el gobierno la propuesta de reducción gradual, concertada y voluntaria a través del pacto social". Y no exigen - como otras veces- su renuncia.

¿A qué se debe ese trato al jefe de Devida? Eso se debe a qué Soberón, exasesor de los cocaleros, fue quien propuso y convirtió en política del gobierno de Castillo su propuesta del pacto para reducir voluntaria y gradualmente la coca (mil hectáreas anuales). De ahí el trato suave: no exigen su renuncia; Solo dicen que no "supo articular esa propuesta con el gobierno".

Y, tres, exigen la '"implementación de la mesa de diálogo exclusivamente en el eje coca vía un instrumento legal...". Y continúa señalando: "...que ha sido postergada y excluida por los gobiernos de turno". Se refieren a una nueva ley de coca que Castillo les ofreció antes de la primera vuelta y lo ratificó como presidente en octubre de 2021, en el congreso nacional de los cocaleros.

Finalmente, la Plataforma de Lucha..." concluye con consignas. La más importante y falsa que siempre utilizan: "Por la defensa de la planta sagrada de coca". En efecto, en el Vrae, según un informe de Devida de 2018, de 117, 129 toneladas de producción, "el 90,07% se destinó a la fabricación de cocaína y solo el ,9,93% al consumo tradicional e industrial". En el Vraem, va menos de esa cifra nacional al consumo tradicional e industrial: se estima en 2% a 3%.

Los cocaleros no están, pues, defendiendo "la planta sagrada de coca", sino que están defendiendo la abrumadora mayoría que va al narcotráfico. La última consigna es "Sin luchas no hay victorias", que va dirigido al presidente Pedro Castillo quien lo usó cuando lideró la huelga nacional del magisterio de 2017. Y es un abierto desafío al gobierno.

Obviamente, visto de conjunto, pero con matices, en lo fundamental son las mismas demandas que han hecho a los gobiernos desde -en el caso del Vrae- el año 2021, en las mesas de diálogo que se han instalado en la zona o la PCM. En ningún momento han aceptado la erradicación. Ni se erradicó. La única excepción fue en noviembre de 2019: se intentó y fracaso.

Años antes (2014), como señalamos hace poco, el gobierno de Ollanta Humala anunció la erradicación de 16 mil hectáreas. Ante la movilización masiva de los cocaleros y una larga paralización, retrocedió y les propuso un programa, el Provraem, similar a la que propuso Soberón: de autoerradicación voluntaria y gradual de la coca a cambio de productos alternativos. Fracasó.

Así, el gobierno que anunció y el que intentó erradicar en la "Meca" de la coca y la cocaína nacional, fracasaron. Desde hace cuatro días, el debilísimo gobierno de Castillo ha decidido erradicar cerca del epicentro de la "Meca" y cuando el precio de la coca se ha recuperado: de 35 a 40 soles la arroba en mayo y junio, pasó a 60 y después a 70 y 80 soles entre julio-agosto a inicios de setiembre.

De esa manera, el gobierno de Castillo fracturó su alianza con los cocaleros, rompiendo su oferta electoral y de gobierno de no erradicar forzosamente en el Vraem. Asimismo, de proponer una ley de la coca para su "industrialización" y, a través del jefe de Devida, la propuesta de un pacto social para una autoerradicación voluntaria y concertada de este cultivo.

El paro seco o total del 12 y 13 de setiembre organizado por la Fepavrae abre una nueva etapa de confrontación social entre los cocaleros y el gobierno que apoyaron abrumadoramente (más del 90%) a su elección y su gestión hasta el 6 de setiembre pasado. Se sienten traicionados en quien creyeron que iba a cumplir su promesa electoral y de gobierno.

Lo cierto es que los cocaleros son los primeros exaliados del gobierno de Castillo que se enfrentarán en un escenario de colisión. Eso es lo que veremos con las movilizaciones y el paro que han convocado para los días mencionados. Es probable que el gobierno no tenga la menor idea lo que puede generar esa confrontación en la selva central y el sur andino alterado por Antauro Humala.

En la.selva central, nos referimos a la respuesta que dará la Confederación Nacional de Cuencas Cocaleras (Conpaccp), que esperaban el cumplimiento de su promesa electoral y de gobierno. Es posible que se realicen movilizaciones de rechazó a la erradicación en varias cuencas. No es, pues, una ruptura con el Vraem, sino con el movimiento cocalero.

Y, en cuanto al sur andino, que está siendo recorrido por Antauro Humala reposicionando su liderazgo y candidatura presidencial, es probable que se solidarice con la lucha de los cocaleros del Vraem. Su propuesta sobre la coca coincide: para Antauro hay que comprar toda la producción de coca, embalarla y ponerle "Made un Perú" y venderla a los EEUU.

Es más radical que los cocaleros del Vraem. Quiere el libre cultivo de coca. Uno de sus lemas en su vocero "Antauro" era: "Peruano haz patria, siembra más coca. En consecuencia, es posible que los gremios del sur andino que se alinean con Antauro se sumen al apoyo a los cocaleros del Vraem y con sus propias demandas realicen protestas para que "se vayan todos" y nuevas elecciones generales.

En el Vraem, lo más probable es que suspenda la erradicación de los cultivos de coca. Enfrentarse a una de las organizaciones más fuertes, dinámicas y radicales del movimiento cocalero debilitará la ligera recuperación que las encuestas han mostrado. No conoce lo que son capaces los cocaleros más pobres por defender la fuente principal de subsistencia.

¿Y los narcos? ¿Y los mochileros? ¿Y los sicarios? ¿Y la organización armada del clan Quispe Palomino al que siguen interesadamente "senderistas" o "terroristas"? ¿Han creído acaso la versión de los militares que hirieron a "José"? ¿Y las autodefensas que, a la vez, son cocaleros y no quieren entregar sus armas con los que derrotaron, ellos sí, a los senderistas?

En suma, un escenario complejo, sensible y altamente explosivo en el que la confrontación puede derivar en violencia y muerte, no solo de los cocaleros, sino de los erradicadores y policías. Es improbable que un gobierno cuyo otro signo es la improvisación haya evaluado fría y objetivamente entrar a erradicar al Vraem.

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