Opiniones
Vraem: Fracasó operativo militar en Vizcatán
Por Jaime Antezana Rivera
El miércoles 17 de agosto, con tres soldados heridos y dos abatidos por la organización armada del clan Quispe Palomino y sin nada relevante que mostrar, más allá de materiales y documentos, el operativo ejecutado por las FFAA en Vizcatán, en el Vraem, culminó en un estrepitoso fracaso.
Tan es así que ni la versión oficial de que Víctor Quispe Palomino, alias "José", el máximo jefe de ese grupo armado, fue "herido gravemente", logró darle algún realce a la operación militar. El fracaso, luego de seis días, era evidente e inocultable.
Esa versión era y es insostenible e indemostrable. Sin embargo, en el balance final, ha sido considerada como el mayor logro de esa operación que tuvieron que suspenderlo antes de seguir haciendo el ridículo y la posibilidad de elevar los costos sociales y económicos. Es probable que no se haga un balance crítico -como ocurrió con otros- del mismo.
No solo eso. El fracaso de esta operación militar, considerada la "más importante de los últimos 20 años", provocó la renuncia de su responsable político, José Luis Gavidia, el exministro de Defensa, envuelto -según su carta- en razones "personales". Era obvio que fue por el fracaso del operativo
No le quedó otra opción. Gavidia, avergonzado por afirmar que era una falta de "respeto" (a las FFAA) afirmar que la operación era un fracaso y que "las cosas de la guerra se aprenden en el campo", dejo la presentación del balance negativo al jefe del Comando Especial Vraem. Todo ello tratado con seda por los grandes medios de comunicación. Estos, sin corroborar la versión del Comando Conjunto de las FFAA, difundieron la noticia que "José" resultó herido.
Pero nada puede contra los hechos. Y los hechos son los resultados de la operación que confirman su fracaso y no hay como probar que su máximo jefe haya sido herido. Lo que hicieron es cubrir el fracaso destacando la valentía y heroicidad de los soldados caídos, cuando eso se pudo evitar. Era cuestión de revisar los resultados de todos los operativos militares desde octubre de 1999 hasta el 2012. Todo un fracaso.
¿Cómo se pudo evitar las dos muertes de soldados? Muy simple: no realizando la operación militar que privilegia los bombardeos con helicópteros y aviones artillados en una zona como Vizcatán, que no conocen y, por esa razón, no controlan contra un pequeñísimo grupo armado del narcotráfico que lo controla y se mueve como pez en esa zona de densa vegetación, geografía abrupta y cubierto, casi siempre, con una densa neblina.
Por otro lado, y no por ello menos importante, no enfrentando a la narco-organización del clan Quispe Palomino como si fuera Sendero Luminoso (SL) de los 80 e inicios de los 90. O como un remanente de SL que continúa con una "guerra popular democrática" que Abimael Guzmán empezó en mayo de 1980. Ese discurso tiene que cambiar si ya no se quiere ejecutar ese tipo de operaciones. De lo contrario, pasado un tiempo, se ejecutando esas operaciones de ese tipo con los mismos resultados: el fracaso.
¿Qué se está enfrentando en Vizcatán, el pequeño "Vietnam" del Vraem? Lo que se está enfrentando en Vizcatán no son "terroristas" o "senderistas" o remanentes superstites de SL. Eso no es así desde el año 2002 hasta la fecha. Lo que se está enfrentando es a un grupo armado del narcotráfico o del crimen organizado.
En efecto, es un grupo armado que entre el 2002 al 2008, no solo cobraba "cupos" a los "cargachos", sino que sembraba coca y elaboraba PBC, protegió dos laboratorios de cocaína (uno de colombianos y otro de brasileños) y los hermanos Quispe Palomino tuvieron un tercero en sociedad con su primo "lucho" y 99 mujeres y un "burro" adelante transportaban entre 1500 y cerca de 2000 kilos de droga. En suma, es una narco-organización armada.
En conclusión, ese pequeño grupo armado no es un problema ideo-político ni militar. Es un problema de crimen organizado y económico del narcotráfico. Y eso se enfrenta con inteligencia, principalmente humana, realizado por colaboradores civiles, un eficaz pequeño equipo policial/militar de elite, un mando único y respaldo político de Palacio. Eso funcionó entre 2012 al 2016. Con ese sistema se logró asestar durísimos golpes a ese grupo armado. Y, entre 2017 hasta la fecha, si bien se resquebrajo y se debilitó ese sistema al dejar de tener apoyo político y recursos, siguió golpeando la organización de "José".
Ese sistema cuya clave son los colaboradores civiles que dejaron la organización armada de. "José" y la recompensa es el que se tiene que rearmar. Solo ese sistema podrá acabar con ese grupo armado del narcotráfico. No tiene sentido volver a ejecutar operaciones militares con enorme despliegue de hombres y helicópteros para bombardear los árboles y vegetación sin sentido. Se sabe cómo hacerlo. No hay nada que inventar.
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