Opiniones
Condorcanqui: En manos del narcotráfico y crimen organizado.
Por Jaime Antezana Rivera
La reciente destrucción de tres pistas de aterrizaje clandestinas en la provincia de Condorcanqui, Amazonas, es la demostración palmaria que el narcotráfico ha tenido un crecimiento sin precedentes en esta zona. La existencia de tres pistas en Santa María de Nieva, capital de la provincia, presupone que los cultivos ilícitos de coca no solo han tenido un crecimiento sostenido en la última década, sino que ha sido exponencial en el periodo pandémico (2020-2021).
Obviamente, el crecimiento de los cultivos ilícitos de coca no ha sido focalizado en la provincia de Condorcanqui (Santa María de Nieva, Río Santiago y El Cenepa). Es un crecimiento que -con diferencias de grados e intensidad a nivel distrital- involucra a otras provincias (Bagua, Chachapoyas, Rodríguez de Mendoza, Luya, etc.) de esta región, muy conocidas por la producción de amapola y látex de opio desde fines del siglo IXX.
Lo que sí es posible afirmar es que, tras la destrucción de tres pistas de aterrizaje entre el 5 y 8 de julio pasado, la provincia de Condorcanqui es la principal zona de producción de coca y cocaína de Amazonas. La primera pista destruida, según los medios que recibieron un corto vídeo de la operación, fue en Alto Nieva. Su ubicación más precisa sería en el sector de Parcelación-Monterrico.
Las otras dos pistas, según el reporte de la policía, se ubicaban en el sector Najakus y en el sector Yantana Etnsa. Lo novedoso es que por primera vez se destruyen tres pistas en una operación policial en la región Amazonas. El hecho que dichas pistas pertenezcan a Santa María de Nieva, la convertirían en el distrito de mayor producción de Condorcanqui. Hay una correlación entre el crecimiento de los cultivos ilícitos de coca y la construcción de las pistas.
Ello, sin embargo, no quiere decir que las pistas hayan sido construidas recientemente por los narcos, ni que sean las únicas que hay en esta provincia. Eso no es así. Eso habría empezado, más o menos, el año 2016. Eso incluye el uso del aeródromo de Rodríguez de Mendoza y de un tramo de la carretera Santa María de Nieva-Saramiriza, a la altura de Siasme (2020).
El uso de la vía aérea para exportar droga en la región Amazonas no es, pues, reciente, nuevo. Viene de hace algunos años atrás. Ha ido de la mano del crecimiento de los cultivos ilícitos de coca. Crecimiento que las cifras oficiales, antes monitoreadas por Unodc y ahora por Devida, no dan cuenta. Los cientos de hectáreas de coca que las mediciones señalaban -y señalan- han quedado cortas respecto a la cocalización que ocurrido en Condorcanqui.
Este proceso de cocalización ha ido en paralelo con el crecimiento de la minería ilegal en la frontera con el Ecuador y la tala ilegal de madera compulsiva, razones por la que el gobierno declaró en estado de emergencia a esta provincia. Es evidente que no hacerlo por el crecimiento del narcotráfico asociado a la cocaína es una omisión producto del desconocimiento oficial.
En esa línea, no es exagerado afirmar que Condorcanqui está en manos del narcotráfico y crimen organizado. Allí florecen esas actividades ilícitas y criminales. Frente a esa trilogía criminal que está destruyendo el medio ambiente y ha involucrado a los pueblos indígenas Aguajun y Wampis no se puede enfrentar con acciones puramente represivas. Requiere una estrategia integral con un enfoque de desarrollo sostenible.
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