Opiniones
Comprar toda la coca: Hacía una república cocalera
Por Jaime Antezana Rivera
La demagogia e irresponsabilidad parece el nuevo signo del gobierno de Pedro Castillo. ¿A qué anuncio del Ejecutivo nos estamos refiriendo? Al que hicieron a los cocaleros del el Vraem en el Consejo de Ministros Descentralizado, realizado en el distrito de Samugari, La Mar/Ayacucho, este 27 de abril.
Nos referimos específicamente al ofrecimiento de comprar toda la producción de los cocaleros no solo de la principal zona de producción de coca y cocaína del Perú, el Vraem, sino también de las demás cuencas cocaleras del país.
¿Cómo expresó esa propuesta el Ejecutivo? "Es indispensable al menos durante un año, comprar la hoja de coca a los actuales productores empadronados y a los que defina el nuevo padrón a construir", señaló el jefe del gabinete Aníbal Torres.
Que el Estado, a través de Enaco reestructurado u otro organismo estatal, compre las hojas de coca de los cocaleros ilegales inscritos en un nuevo padrón es, en otras palabras, ofrecer comprar toda la producción de coca. Es obvio que sí se va a "construir" un nuevo padrón, todos los cocaleros se inscribirán.
Eso, en la práctica, significará legalizar toda la producción de coca que se produce en las cuencas. ¿A dónde nos puede llevar ese anuncio del Ejecutivo? La concreción de ese anuncio puede convertir al Perú en una República cocalera.
¿Por qué? Por tres razones: uno, legaliza toda la producción ilegal; dos, el Estado al convertirse en un comprador de toda la producción, alienta el sembrío de coca; y, tres, porque acelerará el "efecto globo" en curso, es decir, el traslado de la coca de Colombia al Perú.
Ni el narcofujimorismo fue tan lejos. Ese régimen cobró cupos a los narcos nativos y carteles colombianos por los vuelos y les facilitó las instituciones estatales (Marina, Fap, Ejército, etc.) para sacar la droga a Colombia, EEUU y Europa, pero nunca se le ocurrió comprar toda la producción ilegal de coca, cómo lo quiere hacer el gobierno de Castillo.
¿Por qué ese anunció nos puede convertir en una República cocalera y centro de operaciones de los más poderosos carteles y organizaciones criminales internacionales? Demos una breve mirada a las cifras de la producción de coca, insumo básico para la producción de cocaína.
Al respecto, hay dos cifras. La primera, de la Casa Blanca de EEUU que, para el 2020, señala que el Perú produce 88,200 hectáreas y 810 toneladas de cocaína. De acuerdo a esta cifra el país estaría en un nuevo boom de la coca como en los 80.
La segunda cifra es la oficial, sostenido por Devida, señala que en el país existe 61,700 hectáreas de coca. De ese total, 27 mil hectáreas producen el Vraem. Esta cifra corresponde al año 2020.
Sin entrar a indicar cuál de las dos cifras es la que se aproxima a la realidad de la coca en el país, revisaremos qué área requiere la producción de coca legal y/o tradicional y qué área corresponde a la ilegal para el narcotráfico. Veamos.
De acuerdo al último estudio oficial, realizado el 2019-2020, se estima que el consumo tradicional e industrial es de 12,000 toneladas. Esta cifra sustituyó a las 9,000 toneladas del estudio del 2008. El consumo tradicional y industrial se incrementó.
Ahora, ¿cuántas hectáreas se necesita para producir esas 12,000 toneladas? Aunque depende de la productividad de la cuenca, se puede estimar que se necesita unas 12 mil hectáreas. Eso es lo que se necesitaría para satisfacer la demanda tradicional e industrial.
Llegados aquí, lo que hay que hacer es una elemental aritmética con las cifras de la superficie de la coca existentes. Uno, si a las 88,200 hectáreas le restamos las 12 mil hectáreas, la superficie ilegal es de 76,200 hectáreas. Eso es lo que absorbe el narcotráfico.
Y, dos, si a las 61,700 hectáreas le restamos las 12,000 hectáreas, la superficie de producción ilegal es 49,700 hectáreas. Desde la cifra oficial, casi 50 mil hectáreas son para el narcotráfico.
Visto lo señalado, el anuncio de comprar toda la producción de coca no solo es funcional al narcotráfico, sino -de ejecutarse dicho ofrecimiento- se legalizaría la producción ilegal que va al narcotráfico. Aparte de alentar un mayor traslado de los carteles y organizaciones criminales internacionales al país.
En suma, el Perú puede convertirse en una república cocalera y, al alentar el "efecto globo", en el primer productor mundial de coca. Los narcos se trasladan donde el Estado les facilita la producción de coca. Todo ello en nombre de la "hoja sagrada" y de su industrialización.
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