Alerta militar
EE.UU. envía destructores frente a costas venezolanas
Trump moviliza buques y soldados; Maduro activa millones de milicianos.

Vista del destructor U.S.S. Gravely (DDG 107), 13 de febrero de 2024. Foto: AP – Bernat Armangue
Lima, Perú – El gobierno de Donald Trump ordenó el despliegue de tres destructores de misiles guiados —el USS Gravely, el USS Jason Dunham y el USS Sampson— junto con al menos 4 000 marines, aviones de patrulla marítima P-8 Poseidon y submarinos nucleares de ataque, en aguas internacionales del Caribe cercanas a Venezuela. La operación, según informó el Pentágono, se enmarca en la estrategia de Washington para combatir el narcotráfico transnacional y a carteles que han sido designados oficialmente como organizaciones terroristas.
El anuncio, realizado desde la Casa Blanca, fue acompañado de declaraciones del propio Trump, quien aseguró que “ningún régimen vinculado al crimen organizado puede sentirse seguro frente a Estados Unidos”. La decisión también responde al endurecimiento de su política hacia Caracas, luego de que el mandatario duplicara la recompensa por la captura de Nicolás Maduro, fijándola ahora en 50 millones de dólares, bajo acusaciones de mantener estrechos vínculos con el llamado “Cartel de los Soles” y con estructuras criminales internacionales.
En respuesta, el presidente venezolano Nicolás Maduro anunció la movilización inmediata de más de cuatro millones de integrantes de la Milicia Nacional Bolivariana. En un encendido discurso transmitido por cadena nacional, aseguró que “cada barrio, cada campo y cada fábrica se convertirá en un bastión de resistencia contra el imperialismo”. Maduro detalló que se activarán unidades campesinas, obreras y urbanas, en coordinación con las Fuerzas Armadas, para garantizar lo que calificó como la “defensa integral de la patria”.
A su vez, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, calificó el despliegue estadounidense como “una provocación sin precedentes en la región” y denunció que la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) “opera como un cartel disfrazado de agencia”. Por su parte, Diosdado Cabello, considerado el número dos del chavismo, acusó a Washington de preparar una “invasión encubierta” y reiteró que “Venezuela no es un narcoestado, es un país libre y soberano”.
Analistas internacionales destacan que la presencia de buques de guerra y submarinos estadounidenses no solo constituye una demostración de fuerza, sino también un mensaje político de alcance regional. Según expertos consultados por agencias internacionales, estas plataformas navales podrían permitir “acciones selectivas” en caso de que Washington decida aumentar la presión contra el gobierno de Maduro.
El despliegue militar reaviva así las tensiones históricas entre Caracas y Washington, marcadas por sanciones económicas, acusaciones de violaciones a los derechos humanos y disputas ideológicas. Para el chavismo, la medida es interpretada como una agresión directa que busca debilitar su legitimidad interna; mientras que para la administración Trump, representa un paso más en su política de máxima presión sobre un gobierno al que no reconoce como legítimo.
En este nuevo escenario, la región vuelve a ser testigo de una confrontación que combina elementos militares, políticos y simbólicos, y que podría definir el curso de las relaciones hemisféricas en los próximos meses.
Fuente: France24
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