La Fiscalía, por su parte, intentó probar que Hassan había matado a su hijo porque temía perder la custodia del niño en favor de su exmarido.
Sin embargo, el tribunal ordenó una evaluación más detallada de su estado mental, y concluyó que la madre estaba "delirando" y tenía creencias de que sus familiares estaban usando brujería contra su hijo. El informe confirmó que la mujer sufría de problemas de percepción y juicio y no apreciaba la seriedad de sus acciones.