Opiniones
Miércoles de historia
Por Jorge Rojas Luna
Desde hace casi 30 semanas, por las redes sociales se viene emitiendo un programa de corte cultural y educativo, dirigido y conducido por el profesor de historia y geografía, Jorge Arroyo González; “MIÉRCOLES DE HISTORIA” es su nombre, y se ha convertido en una trinchera cultural en la guerra contra la imperante ignorancia conveniente.
El difundir cultura e información de calidad en esta era digital, es un verdadero acto revolucionario, ya que es ir contra el “orden establecido”, o como lo afirmara Marco Aurelio Denegri: el “desorden establecido”; una pacifica y sana forma de resistencia contra la incultura que se ha enraizado en la sociedad peruana, así como una manera de recordar a esos hombres y mujeres que nos han permitido celebrar o conmemorar (como quiera asumirlo el lector) los 200 años de proclamación de la independencia del Perú.
Arroyo -guerrero cultural-, nos da a conocer la vida y obra del “Generalísimo de mar y tierra, Don José de San Martin”, así como de otros personajes (militares y civiles – peruanos o extranjeros), que contribuyeron a lograr la independencia; y lo hace con sus propios recursos y sin fines de lucro.
El profesor Arroyo es miembro activo del Instituto Sanmartiniano del Perú, que es la segunda asociación cultural cívico- patriótica más antigua del mundo, cuyo objetivo es el de exaltar la memoria del libertador; y es justamente por la pagina de facebook de ésta organización, mediante la que se emite su programa.
En esta sociedad orwelliana y en la que el homo sapiens es ahora un homo videns (Sartori), mantener un programa por tanto tiempo es un acto heroico que debemos resaltar, valorar, y sobre todo impulsar. Al preguntarle al maestro Arroyo, sobre ¿cuál es el motivo que le empuja a continuar con su proyecto de “Miércoles de Historia”, en estos tiempos en que un gran porcentaje del “pueblo”, mantiene la intención de desconocerla, pese a los avances tecnológicos con que se cuenta en la actualidad?, responde: Pues dos motivos, el primero: las ganas de seguir aprendiendo sobre la vida del Generalísimo, que en estos tiempos parece de ciencia ficción, y sobre el proceso de independencia de nuestra América. El segundo: que todo ese conocimiento es necesario compartirlo y divulgarlo a fin de educar al “Soberano”, tal y como lo hizo el propio San Martín, cuando ocupó cargos de gobierno.
En nuestro país, aun existen profesores que aman lo que hacen; que son profesionales por vocación; que leen y se actualizan, y que con su labor contracultural y de investigación, nos permiten creer que “no todo está perdido”. “En ese sentido debemos ser contraculturales, debemos ser revolucionarios”.
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