Extorsión en Carabayllo
Informales pagan hasta 7 soles por "seguridad" por día
Comerciantes reportan que pagar “cuota” se volvió rutina en puestos frente a mercado La Cumbre.

Fuente Fotográfica: Perú 21
Carabayllo. - Comerciantes informales viven bajo presión constante: denuncian que se les exige un pago diario de hasta 7 soles por un servicio que denominan “seguridad”. Esta práctica se ha convertido en parte del costo de operar para quienes instalan sus puestos en la vía auxiliar del kilómetro 19.5 de la avenida Túpac Amaru, frente al mercado La Cumbre.
El pasado martes por la madrugada, el ambiente estalló en violencia, se produjeron detonaciones de hasta cuatro artefactos explosivos en esa zona de Carabayllo, con intervalos de cinco minutos entre cada explosión. Los vecinos despertaron alarmados y algunos puestos informales resultaron dañados. Las explosiones afectaron muros de concreto, balanzas y estantes llenos de frutas.
Los comerciantes entrevistados aseguran que ese monto —los 7 soles diarios— lo entregan como “protección” ante amenazas, inseguridad o daños que podrían ser evitados si aceptan pagar lo que muchas voces llaman “cuota informal”. “Nosotros pagamos normal por seguridad, pagamos 7 soles diarios”, comentó uno de los vendedores de frutas de la zona afectada.
El panorama apunta a que la exigencia no es aislada, varios vendedores aseguran que esta práctica es común en varios puntos informales del distrito. Los puestos ubicados en las tres cuadras de la vía auxiliar enfrentan no solo la inseguridad física, sino también la incertidumbre de cuánto deben pagar cada día para evitar represalias.
Tras las explosiones, los damnificados reportaron la destrucción de infraestructura mínima, frutas esparcidas, apoyos metálicos doblados, paredes agrietadas. Lo que para algunos era un espacio de venta improvisado, se convirtió en un escenario de temor y pérdidas materiales.
Las autoridades aún no han dado respuesta concreta que pueda frenar esta dinámica. Aunque la Policía Nacional ha sido alertada sobre los atentados y los comerciantes piden mayor vigilancia, hasta el momento no se conoce el origen exacto de los autores, ni si operan bandas locales o grupos organizados detrás de estas exigencias.
Vecinos piden que se activen las cámaras de seguridad y se haga una investigación que identifique a los responsables de exigir pagos bajo amenaza, así como los que colocan explosivos. Los comerciantes aseguran que, sin protección real, se sienten vulnerables y sin opciones de denunciar por miedo a represalias.
Los vendedores informales operan con márgenes reducidos, muchas veces reinvierten día a día lo ganado, y esta cuota diaria por “protección” implica un costo fijo que resta del ingreso neto, aumentan los precios o reducen calidad para compensar. El daño no solo es físico por los atentados, sino económico por la extorsión silenciosa.
Especialistas en seguridad ciudadana señalan que esta modalidad se configura como una forma de extorsión local, un mecanismo ilegal que se instala en espacios con poca supervisión, sobre todo en zonas donde la informalidad del comercio y la debilidad institucional permiten su normalización. Para combatirlo, proponen reforzar patrullaje policial, instalar iluminación, definir circuitos de cámaras y promover denuncias colectivas con acompañamiento del Estado.
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