San Martín de Porres.- El oscuro manto de la delincuencia organizada se ciñe una vez más sobre la ciudad, dejando un reguero de tragedia en el distrito limeño de San Martín de Porres.
En las inmediaciones del concurrido centro comercial Plaza Norte, precisamente en el cruce de las avenidas Marco Polo y Tomás Valle, una balacera nocturna cobró dos vidas y dejóo a dos personas gravemente heridas.
Los hechos tuvieron lugar en las primeras horas de este domingo, poco después de la medianoche, transformando la plácida vía pública en un escenario de horror. Enclavada en una zona bulliciosa, repleta de restaurantes y discotecas, la tragedia se desató sin previo aviso, sumiendo a transeúntes y comerciantes en un pánico generalizado.
Desde la perspectiva de una comerciante testigo, el estruendo de las balas desató una escena caótica. "Escuché los balazos, fueron varios. Lo único que hice fue tirarme al piso nada más, me tiré de boca, debajo de mi carreta. Luego, me volteé y vi a alguien tirado en el piso", relató, describiendo el terror que se apoderó de la comunidad en ese fatídico momento.
La víctima identificada como Alex Rolando Huanca Llamo, un joven padre de familia, encontró su trágico destino en el suelo, víctima de un acto de violencia cuyo móvil aún se desconoce. Según los testimonios de los comerciantes, Huanca Llamo desempeñaba labores en el llenado de buses de transporte interprovincial, una actividad que ahora se tiñe de luto.
Tres heridos, en estado crítico, fueron trasladados al Hospital Cayetano Heredia, pero la gravedad de las heridas cobró la vida de uno de ellos en el trayecto. Al cierre de esta nota, la condición médica de los dos sobrevivientes permanece en incertidumbre, sumiendo a las familias en una angustia que solo el tiempo disipará.
La Depincri de San Martín de Porres, a cargo de las investigaciones, halló en el escenario del crimen ocho casquillos de bala, avivando la sospecha de un acto perpetrado por sicarios.
Este hecho luctuoso se despliega en pleno estado de emergencia, situación que persiste desde el pasado 15 de noviembre y que, lejos de disuadir la violencia, parece acentuarla.
El tejido social se estremece ante este episodio, instando a las autoridades a redoblar esfuerzos en la lucha contra la delincuencia, para que la sombra de la impunidad no siga oscureciendo la seguridad de la ciudadanía.