Por Francisco Ugarteche Domínguez
Llama la atención y cuesta entender la elección como Defensor del Pueblo de Josué Gutiérrez, ex abogado de Vladimir Cerrón, candidato de Perú Libre y ex congresista del partido de Ollanta Humala, gracias a una alianza de Perú Libre con Fuerza Popular.
Los dos grupos políticos con mayor representación parlamentaria y en posiciones abiertamente opuestas se unieron para impedir resulte electo el candidato de “Los Niños” de Acción Popular.
Los líderes de ambas agrupaciones se percataron que eran los acciopopulistas, siendo un grupo minoritario, quienes decidían las votaciones e inclinaban la balanza como mejor les parecía y cuando les daba la gana. Estaban mandando a su antojo.
La elección de ayer rompió esa tendencia y la confirmación podría darse hoy mismo si finalmente vuelven a repetir esa votación y terminan expectorando a cuatro de los más prominentes miembros, acusados de vender sus votos al golpista Pedro Castillo.
Hoy decidirán la suerte de cuando menos cuatro de un grupo de parlamentarios señalado de vender su línea política a cambio de blindar a Castillo y algunos de sus cómplices, como el ex ministro de Transportes y Comunicaciones Juan Silva, prófugo de la justicia.
Quiero creer que los fujimoristas fueron capaces de favorecer la candidatura de Gutiérrez con tal de poner fin a una situación que hace impredecible cualquier proyecto de ley y desprestigia al congreso en su conjunto.
Existen dos acusaciones constitucionales para desaforar a “Los niños” y ponerlos a disposición de la justicia. Una de ellas por iniciativa del propio parlamento y otra viene de la Fiscal de la Nación. En el fondo ambas los acusan de lo mismo y buscan quitarles la protección constitucional para ser juzgados por los presuntos delitos cometidos.
Hoy se debe decidir la suerte de los congresistas de Acción Popular Raúl Doroteo, Elvis Vergara, Jorge Flores y Darwin Espinoza y de confirmarse esta tesis habrán puesto fin a un periodo vergonzoso para ese poder del Estado.
Se afirma que “Los niños” serían muchos más, pero de resultar expectorados esos cuatro el resto quedará notificado, pondrá sus bardas en remojo y deberá meditar cuidadosamente la conducta que adoptarán más adelante.