Por Francisco Ugarteche Domínguez
Que el congreso decidiera suspender de sus funciones como parlamentaria a Betsy Chávez y no haga lo mismo con Roberto Sánchez, ambos ex ministros acusados por su presunta participación en el fallido golpe de Pedro Castillo, es el nuevo motivo del que se agarran quienes buscan desprestigiar a ese poder del Estado.
Introducen como motivo el rechazo al accesitario de Sánchez, un hombre que se viste de mujer y enarbola las banderas del movimiento LGTB.
Lo cierto es que en el congreso hay más de un LGTB convicto y confeso, de bancadas políticas opuestas y sin embargo nadie hace siquiera alusión alguna a su conducta sexual. Los congresistas conviven pacíficamente con su cuota de homosexuales.
Ese no es el motivo por el cual Sánchez no fue expectorado, por ahora. Sucede que la conducta de los ex ministros respecto al golpe es completamente diferente. Una lo aplaude y el otro lo condena.
Es más, Betsy incluso se allanó a las acusaciones mientras Sánchez recurrió al derecho a ser defendido por un abogado de la talla de Domingo García Belaúnde, quien fue muy claro a la hora de explicar que no existe prueba alguna que vincule a su defendido con los preparativos del pretendido rompimiento constitucional.
No es posible que el congreso prefiera al corrupto Sánchez que a su presunto virginal accesitario, se lamentan y culpan de la decisión a una posición ultra conservadora.
Lo cierto es que el único motivo por el cual el congreso discutió la continuidad de Sánchez es el Golpe de Estado. Todas las otras razones de supuesta corrupción tendrían que verse en su momento, cuando se presenten cargos como la sospecha de vínculos con los niños y nombramientos irregulares en el ministerio de la Producción.
No es por el accesitario que Sánchez no fue castigado como Chávez, es por la distinta conducta que tienen los ex ministros respecto al golpe, único motivo analizado en esta ocasión. No es una absolución a cargos de presunta corrupción. Ese es otro tema y supongo lo verán en su momento.
Salvarse de una suspensión en el parlamento no hace inocente a Sánchez, que bien podría ser expectorado por otros motivos y abrir la puerta para dejar entrar al accesitario y alegrar a quienes lo defienden a gritos. Yuju.