Sociedad
El ocaso de la vida, senectud
“Empiezas a morir desde que naces”
La vejez es una etapa de la vida en donde nadie quiere llegar, pero llegara por el inclemente tiempo, el ciclo natural de la vida, nacer, crecer, reproducir, “envejecer” y morir. La valía de los de la tercera edad es su experiencia con los años de vida y esta, la vejez, se acerca pesadamente cuando se jubilan, y, en otros, con los achaques de la edad senil, las arrugas y las enfermedades, trémulos ante la posibilidad de no ser más útiles porque las fuerzas y capacidad no son las mismas. Así pues ¿Qué es la vejez? ¿Cuáles son sus efectos? y ¿Cómo afrontarla para tener una buena vejez?
Llamamos envejecimiento al proceso que hace a los organismos más propensos a la muerte al ir aumentando su edad. Esta reduce la capacidad de regeneración y la resistencia a los daños, haciendo aumentar, en cambio, la tendencia a la mortalidad a un ritmo propio de cada especie, todo lo cual conduce a una duración especifica de la vida (Salvat, 1985, p. 38).
Esta “regeneración” se refiere a la regeneración celular; es sabido que las células se renuevan en su totalidad aproximadamente cada 7 años, pero sucede algo en este proceso que las células dejan de regenerarse, y, por ende, acontece la vejez y las características que la acompañan. Salvat añade: “Se desconoce la naturaleza del proceso o procesos de envejecimiento”.
Ahora bien, ¿Qué pasa cuando uno está envejeciendo? Un columnista del diario El Comercio nos da un alcance:
Nada nos confronta más crudamente con nosotros mismos que ser conscientes de nuestro envejecimiento y de que la muerte ya no se encuentra tan lejana como en algún momento creíamos. El cansancio agudo, la altísima insulina, las violentas mareas de la hipertensión nos anuncian que el cuerpo ha comenzado a traicionarnos y que su deslealtad no se detendrá así concedamos todas sus exigencias…ese declive incomodo e inevitable (Yrigoyen, 2022, p.5).
Con toda razón un sabio rey dijo poéticamente respecto a la vejez:
Antes que lleguen los días malos, y los años que se acercan, de los cuales dirás: “No espero más de ellos”, antes de que se oscurezcan el sol, la luz, la luna y las estrellas, y que vuelvan las nubes apenas haya llovido. Cuando tiemblen los guardias de la casa, y se encorven los porteros, cuando lo que quede de muelas deje de moler, y se queden ciegos los que miran detrás de las ventanas. Entonces se cierra la puerta de la calle y se detiene el ruido del molino; en que el trino del ave no despierta y se mueren las canciones. Se temen las subidas y los barrancos en el camino; el almendro esta en flor, la langosta esta repleta, la alcaparra da su fruto. Ahí va el hombre a su casa de eternidad, y ya están las lloronas en la esquina de la calle. El hilo de plata no llegara mas lejos: dejaron de hilarlo; la lámpara de oro se rompió, se quebró el cántaro en la fuente, y cedió la polea del pozo. El polvo vuelve a tierra de donde vino, y el espíritu sube a Dios que lo dio (Nueva Biblia Latinoamericana, 1972, Eclesiastés 12: 1- 7).
De esta manera se expresa lo critica que es la vejez, con un panorama sombrío por sus efectos adversos. Por otro lado, es sabido que existen casos de longevidad en el hombre y se atribuye aquello a factores genéticos y, en modo secundario, a los factores sociales y dietéticos. Con todo, se puede tener una buena vejez. Básicamente, la felicidad radica en la actitud que se tiene frente a la vida, es triste llegar con desconfianza y amargura, en cambio, una actitud optimista es lo ideal para una buena vejez. Esto conlleva a tener la mente activa y querer aprender cosas nuevas. Cierta revista americana señalo:
Unas instrucciones sobre geriatría redactadas en un centro de formación profesional dicen que las personas mayores necesitan sentirse independientes tanto en sentido físico como mental. Tienen que sentirse amadas y necesitadas, percibir que son útiles y que pueden hacer las cosas por si mismas…necesitan sentir que son parte de una familia y de un núcleo de amigos…los ancianos felices son los que consiguen instruirse al interesarse en actividades nuevas y absorbentes, aprender y practicar diferentes aficiones, disfrutar de experiencias y amistades significativas, y aprender a apreciar la vida y vivir según sus posibilidades físicas (Awake¡semimonthly, 1993, p.19-20).
Pues bien, vivir una vejez plena esta al alcance de todos y así trascurrir plácidamente los años del ocaso de la vida. Los parientes amigos y familia pueden contribuir en que así sea, escuchando sus experiencias y gustos, haciéndolos participes de sus actividades con ellos, sintiéndose de la familia y de un grupo de amigos, amados, y, es sabido que una persona, como todo ser vivo, cuando se siente amado, tiene razones para seguir viviendo.
Referencias:
Anónimo (1993). Sepa envejecer. Awake ¡semimonthly,74(15), 19-20.
Gran Enciclopedia Didáctica Ilustrada Salvat Hombre y Sociedad (1985). Envejecimiento y longevidad. Estella, España. Salvat Editores.
Yrigoyen, J.C. (15 de mayo del 2022). Cuando es de noche en la vida. El Comercio, p.5.
Martín Cabana
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