Ejecutados en descampado de San Martín de Porres

San Martín de Porres.- En una zona eriaza ubicada en la intersección de las avenidas Josefina y Prolongación Naranjal, al norte de Lima, dos varones fueron ultimados a tiros y sus cuerpos quedaron tendidos sobre tierra y maleza. La escena, acordonada por la Policía Nacional, exhibía señales de violencia extrema, mientras peritos de criminalística recolectaban indicios entre charcos y huellas de arrastre. La información fue reportada por RPP Noticias y confirmada por fuentes policiales en el lugar.

De acuerdo con testimonios recabados por el medio, las víctimas estaban inmovilizadas con amarres cuando fueron trasladadas hasta ese punto en un vehículo menor tipo mototaxi; allí las bajaron y, ya indefensas, las remataron sin oportunidad de escapar. El patrón descrito remite a una ejecución dirigida, más que a un asalto, por la forma y la secuencia con que se desarrollaron los hechos, según detalló la cobertura radial.

Los especialistas hallaron más de quince vainas servidas en el perímetro, un volumen compatible con el uso de al menos un arma semiautomática y con ráfagas breves o disparos repetidos a corta distancia. La cantidad de evidencia balística, sumada a marcas en los cuerpos que apuntan a tormentos previos, llevó a los investigadores a plantear de inicio un probable ajuste de cuentas. Esa hipótesis guiará las primeras diligencias mientras se procesan huellas, residuos en prendas y trazas que puedan asociar un arma concreta al crimen.

Hasta el cierre de esta nota, no había identificación oficial de los fallecidos. Sin embargo, agentes consultados en la escena indicaron que podrían tratarse de ciudadanos extranjeros, extremos que deberán ser corroborados mediante necrodactilia y cruces de bases de datos. La confirmación de sus identidades será clave para reconstruir horas previas, contactos y eventuales amenazas, así como para ubicar a familiares que aporten contexto sobre desplazamientos, ocupaciones o deudas.

El doble asesinato ocurre en un distrito que, en las últimas semanas, ha enfrentado episodios de extrema violencia. Un mes atrás, en la zona agrícola de Muralla de Chuquitanta —también en San Martín de Porres— tres personas fueron eliminadas con un modus operandi igualmente calculado: traslado a un punto apartado, sometimiento y tiros certeros. Esa recurrencia sugiere células con logística, capacidad de vigilancia y dominio del terreno, lo que incrementa la necesidad de patrullajes focalizados, rutas de salida controladas y lectura de cámaras públicas y privadas.

Fuente: RPP

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