Para tratamiento de cáncer de ojo

Centro Nuclear del Perú produce agujas de Iridio 192

También podría ser utilizado en pacientes con cáncer de mama.

Lima.- En el Centro Nuclear "Óscar Miró Quesada de la Guerra" (Racso) del Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN), la investigación y producción de radiofármacos para el diagnóstico y tratamiento de pacientes con cáncer no se detiene. Hace unas semanas se retomó la producción de agujas de Iridio 192 para el tratamiento de pacientes con Melanoma Uveal que es el tumor maligno intraocular más frecuente en el mundo.

Las agujas o alambres de iridio 192 son tan pequeñas que pueden pasar desapercibidas ante el ojo humano. Sin embargo, tiene una gran utilidad para tratamientos oncológicos que requieren de altas dosis para tratar tumores, mediante la ubicación de agujas de este radioisótopo dentro de la zona afectada o cerca de esta, mediante la técnica conocida como braquiterapia.

De acuerdo a información de Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, la braquiterapia es un tipo de radioterapia interna en la cual se colocan semillas, listones o cápsulas que contienen una fuente de radiación en el cuerpo, dentro o cerca del tumor. La braquiterapia es un tratamiento local y trata solo una parte específica del cuerpo.  Se usa con frecuencia para tratar cánceres de cabeza y cuello, de seno, cuello uterino, próstata y de ojo.

Hecho en el Perú

En el Perú las agujas de Iridio 192 son producidas por el IPEN, en el Centro Nuclear Óscar Miro Quesada de la Guerra (Racso), utilizando el reactor nuclear RP-10, mientras que el procesamiento ha sido llevado a cabo en la Planta de Producción de Radioisótopos bajo estrictas medidas de seguridad.

En entrevista con la Agencia Andina,  Eleazar Aliaga Rojas, subdirector encargado de la Planta de Producción de Radioisótopos del IPEN, explica cómo es el proceso para la producción de este material que pueda salvar la visión de miles de pacientes con este tipo de cáncer.

"Nosotros adquirimos una aleación de Iridio - Platino, son como unos alambres que cortamos en las dimensiones que solicita el cliente, puede ser de 5 ó 10 milímetros, el tamaño es bastante pequeño, luego se envía al reactor nuclear con la finalidad que se convierta en Iridio 192, una vez que se ha constituido el iridio radioactivo regresa a la Planta de Producción. En uno de los recintos especialmente acondicionado, se retira el iridio de las capsulas de aluminio donde se mandó a irradiar y lo colocamos dentro de unos dispositivos que van a ser remitidos al hospital", explica detalladamente el químico farmacéutico.

Previamente, agrega el investigador, se mide el nivel de radioactividad dentro del detector de radiaciones que posee el IPEN. "Nos va a indicar cuánto de actividad tiene el Iridio, en este caso puede ser 3 mCi ó  5 mCi. Luego de verificar la dosis solicitada por los hospitales lo colocamos dentro de unos contenedores de plomo y los remitimos a los hospitales. debidamente etiquetado y rotulado", señala Aliaga Rojas.

Es importante saber que para producir radioisótopos se deben irradiar en el reactor nuclear, durante varias horas, determinadas sustancias químicas que después de activarse regresan a la planta y son colocadas en las celdas blindadas para su purificación y procesamientos radioquímicos.

El Iridio 192 tiene un período de semidesintegración de 74 días, por lo que las fuentes deben ser sustituidas cada tres o cuatro meses para mantener la duración del tratamiento en niveles admisibles.

¿Cómo ataca al cáncer?

Germán Cáceres, subdirector de reactores nucleares del IPEN, explica a la Agencia Andina cómo el Iridio 192 destruye el tumor en el ojo.

"El médico introduce el alambre o agujas de Iridio en el ojo del paciente. Es decir, ese alambre activado con esa energía que está emitiendo la radiación es puesto en contacto con el órgano afectado y va atacar el tumor o las células cancerígenas, las va a matar, biológicamente ataca y las destruye. Mucho depende del estadío o fase en que se encuentre el cáncer. Si es en fase temprana tiene más éxito", señala el ingeniero del IPEN.

Por su parte Aliaga Rojas, agrega que el Iridio 192 es colocado dentro de una placa pequeña, que es debidamente esterilizada para poder introducir en el ojo del paciente.

"Este alambre es tan pequeño que por sí solo no podría fijarse y para poder hacerlo lo ponen sobre una placa de oro y lo fijan en la vista del paciente y va irradiar en el ojo", señala.

Producción de radiofármacos

Entre los radiofármacos autorizados que se producen en el Centro Nuclear "Óscar Miró Quesada de la Guerra" (Racso)  del IPEN se encuentran: Pertecnetato de sodio Tc-99m (para detección del cáncer), Dolosam (Sm-153) (para el tratamiento paliativo del dolor), Ioduro de Sodio I-131 (estudios tiroideos y tratamiento del cáncer tiroideo y en la industria como radiotrazador) e Iridio 192.

Es importante resaltar que este centro nuclear es el único fabricante de Ioduro de Sodio I-131 en el Perú. Es el radiofármaco “estrella” de este centro nuclear. Se trata de una sustancia radioactiva que la usan personas que sufren de hipertiroidismo. Puede durar ocho días, a diferencia del Pertecnetato de sodio Tc-99m, que solo dura seis horas.

De acuerdo a sus estadísticas, el IPEN contribuye a que aproximadamente 40,000 pacientes sean atendidos en los servicios de medicina nuclear del Perú para el diagnóstico y tratamiento de diversos tipos de enfermedades oncológicas.

Para el 16 de diciembre se reinicia la producción de Dolosam para el tratamiento paliativo del dolor y el próximo año se proyecta producir un nuevo radiofármaco: cápsulas de Ioduro de Sodio I-131.

Además, adelanta Eleazar Aliaga Rojas, que el IPEN ya se encuentra en coordinación con la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) para la producción de dos tipos de radiofármacos que se emplearían en el tratamiento de tumores neuroendrocrinos y de próstata.

"Esperamos que sean de gran utilidad para los pacientes oncológicos y también es de vital importancia la retroalimentación que nos puedan dar los médicos nucleares, para que nos digan cuáles son sus necesidades y de acuerdo a eso investigar y desarrollar más radiofármacos al servicio de la población", concluye Eleazar Aliaga Rojas.

Fuente: Andina

 


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