Crisis en la península coreana

Corea del Norte corta vías y aumenta defensa

Medida en respuesta a maniobras militares de Corea del Sur.

Corea del Norte.- La tensión en la península coreana continúa escalando. Corea del Norte anunció que cortará todas las carreteras y vías férreas conectadas con Corea del Sur a partir de este miércoles 9 de octubre, en respuesta a las recientes maniobras militares conjuntas entre Estados Unidos y Corea del Sur.

Además, el país dirigido por Kim Jong-un construirá "fuertes estructuras de defensa" en estas áreas, según informó la agencia estatal norcoreana KCNA.

Esta drástica medida tiene como objetivo bloquear permanentemente cualquier conexión con el Sur, considerado por Pionyang como "el principal estado hostil y enemigo".

El régimen norcoreano justificó la decisión como una acción de autodefensa ante lo que considera una creciente amenaza militar en la región.

"Este es un bloqueo permanente con el Sur y una medida para inhibir la guerra y defender la seguridad de Corea del Norte", informó KCNA.

La respuesta norcoreana se produce en medio de una "aguda situación militar" en la Península Coreana, agravada por los ejercicios militares que Seúl ha llevado a cabo cerca de la frontera, así como por las recientes visitas de activos nucleares estratégicos estadounidenses a la región.

Estos actos son considerados provocaciones por el régimen norcoreano, lo que ha llevado a tomar una postura aún más agresiva.

Coincidiendo con el anuncio del bloqueo, se concluyó una sesión parlamentaria especial en Corea del Norte en la que se aprobaron enmiendas a su Constitución.

Aunque la agencia estatal no proporcionó detalles específicos sobre los cambios, se cree que estas modificaciones podrían eliminar las referencias a la reunificación con el Sur y redefinir unilateralmente las fronteras del país.

Esta decisión marca un paso más en la voluntad del líder norcoreano de separar claramente los dos estados en la península.

En una reunión partidaria a finales de diciembre del año pasado, Kim Jong-un dejó clara su postura al definir las relaciones intercoreanas como aquellas entre "dos estados hostiles", y afirmó que no tenía sentido buscar la reconciliación con el Sur.

Esta postura refleja una ruptura definitiva en cualquier intento de acercamiento o diálogo entre ambos países.

Expertos internacionales han señalado que esta medida podría empeorar la situación en la región, donde ya prevalece un ambiente de alta tensión.

La decisión de cortar completamente los lazos físicos con Corea del Sur y la construcción de nuevas estructuras defensivas refuerza la idea de una Corea del Norte cada vez más aislada y militarizada.

La comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de estos eventos, ya que las tensiones entre ambas Coreas, sumadas a la implicación de Estados Unidos, podrían tener consecuencias imprevisibles en la estabilidad del noreste asiático.

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