El invencible Sócrates

El osado politeísmo y el sobrio monoteísmo “Conoce a ti mismo” y “Conságralos mediante la verdad”

“Era por entonces pobre testarudo e irritante, capaz de convencer a un héroe de la guerra, Laques, de no saber que era la valentía, de demostrar al modesto Carmides que ignoraba lo que era la modestia y de beber y hablar sobre el amor en un banquete durante toda la noche”.

Nació en Ática en 470 a.C. de padre escultor y madre comadrona, se llamaban Sofroniso y Fenareta, respectivamente. Según la obra de Océano Grandes Biografías Volumen 1(1995): “Sócrates poseía un carácter templado y disfrutaba de un estado anímico constante…su tono en el dialogo era frecuentemente burlón” (p.11).  Además, peleo en guerras por el Peloponeso (entre atenienses y espartanos). Con todo ¿Qué más hizo? ¿Que creía? ¿Cómo murió? y ¿Fue insuperable?

El escritor peruano y premio Nobel, Mario Vargas Llosa, redacto el pasado domingo sobre Sócrates: “Era un gran discutidor, un provocador incluso, que desafiaba a sus adversarios para poder dirimir con ellos sus diferencias, y que sus enseñanzas las daba en pequeños círculos de adeptos, evitando las grandes concentraciones de personas, por las que tenia desprecio. Predicaba el respeto y la adoración a los dioses y trataba a toda costa de conocerse a sí mismo” (El Comercio, 2022, p.14). De hecho, la ya citada obra indica: “Su máxima mas querida ha quedado grabada con letras de oro en la conciencia occidental: “Conócete a ti mismo””.

Respecto a lo que creía el Nobel indica: “Y enseñado luego, en sus charlas callejeras, que las leyes de la ciudad son sagradas y debían ser respetadas. Por otra parte, estaba convencido de que las sentencias, aunque absurdas, debían cumplirse, porque este es el mandato de los dioses…creía en los dioses y en el mas allá”. En efecto, dicen que Sócrates creía que el alma al morir “se va hacia […] lo invisible […] para pasar de verdad el resto del tiempo en compañía de los dioses”.

Como tenia muchos enemigos entre ellos poetas, oradores, artesanos del pueblo y magistrados, se le acuso de pervertir a la juventud y de que ofendía a los dioses, así se le condeno a beber la cicuta, la cual accedió sin mediar reparos, pues era coherente con lo que pregonaba: “La obediencia de las leyes para bien o para mal”, esto para guardar el orden en la civilización.

En conclusión, el filósofo y taumaturgo Sócrates perteneciente a Grecia con su prolija de dioses, profetizas o pitonisas, pensaba que al morir estaría con los dioses y viviría en el más allá ¿será simple coincidencia tal pensamiento con el pensamiento de la sociedad contemporánea? Pero, en honor a la verdad, siempre hay alguien mejor en pensamientos y actos, más taumaturgo. Según Napoleón: “Jesucristo ha ejercido influencia y mando sobre sus súbditos sin su presencia corporal visible”. Sin duda, febrilmente su nombradía prolija dirime al recalcitrante Sócrates.

Fuente: Martín Cabana


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