Madrugada de devastación
Fuego destruye 17 buses en cochera de Ate
Trabajadores de Etmimsa pierden flota completa, sin heridos, mientras autoridades profundizan las primeras investigaciones hoy.
Fuente Fotográfica: RPP
Ate.- La noche terminó en pesadilla para decenas de choferes y cobradores. Un incendio de gran magnitud arrasó con 17 buses de transporte público estacionados en una cochera particular ubicada en la avenida Húsares de Junín, en el distrito de Ate.
El siniestro se desató en la madrugada de este miércoles, pocos minutos después de las 2:00 a. m., de acuerdo con el reporte del Cuerpo de Bomberos del Perú. Hasta 15 unidades de bomberos llegaron al lugar para controlar las llamas, que en cuestión de minutos envolvieron gran parte del patio donde descansaban los vehículos.
Según información policial recogida por RPP, los buses afectados pertenecen a tres empresas: Etmimsa, que perdió 15 unidades; Nassac, con un vehículo calcinado; y Angamos, también con un bus siniestrado. En la práctica, casi todo el parque vehicular presente en la cochera terminó reducido a chatarra negra.
A pesar de la magnitud del fuego, las autoridades confirmaron que no se registraron heridos ni víctimas mortales. El jefe departamental de Lima Este, Carlos Malpica, explicó que el incendio ya había sido totalmente controlado al amanecer y que no hubo daños en viviendas cercanas ni afectación a la población de la zona. “Actualmente ya no hay fuego activo y solo estamos procediendo a ubicar los tanques de combustible de los buses para enfriarlos. Estamos en la parte final de la emergencia. Lo bueno es que no ha habido daños colindantes, ni afectación de población ni bomberos heridos”, declaró el oficial, al hacer un balance preliminar de la intervención.
Para los transportistas de Etmimsa, en cambio, el balance es demoledor. Parados frente a las estructuras retorcidas de lo que hasta ayer eran sus unidades de trabajo, describen la escena con una frase que se repite entre lágrimas y rabia contenida: “Hemos perdido todo”. Sin buses, sin ingresos, y con deudas aún pendientes, el incendio golpea directamente sus bolsillos y su posibilidad inmediata de seguir trabajando.
“Nos hemos quedado sin trabajo, sin herramienta de trabajo, con deudas en el banco”, relató uno de los conductores, resumiendo en pocas palabras la angustia compartida por toda la cuadrilla. Más allá de la pérdida material, cada unidad siniestrada significa una familia que se queda, por ahora, sin su principal fuente de ingreso.
En el lugar, los propios trabajadores explicaron que, hasta donde saben, no habían recibido amenazas previas que hicieran pensar en un ataque vinculado a extorsionadores. Sin embargo, fueron claros en reconocer que esa es solo su percepción y que será la Policía Nacional la que deberá determinar, a través de las investigaciones, si el fuego fue producto de un accidente, una falla técnica o una acción intencional.
Mientras los peritos revisan los restos de las unidades, el caso abre de nuevo el debate sobre las condiciones de seguridad en las cocheras donde se guardan buses de transporte urbano: sistemas contra incendios, procedimientos de emergencia, señalización interna, controles eléctricos y de combustible. La rapidez con la que el fuego se propagó muestra lo vulnerable que puede ser un espacio de este tipo cuando algo falla.
En el corto plazo, la prioridad será esclarecer el origen del siniestro y confirmar si hubo o no responsabilidad humana. En paralelo, las empresas afectadas tendrán que evaluar qué cobertura les ofrece su seguro vehicular –si es que lo tenían– y cómo reorganizarán su servicio con una flota diezmada. Para los usuarios, eso podría traducirse en menos unidades en ruta y, posiblemente, mayores tiempos de espera.
Fuente: RPP
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