Vecindad toma control
Vecinos azotan a sospechoso en SJM
Hombre armado con cuchillo, reducido cerca de Los Álamos tras presunto hurto.

Fuente Fotográfica: Exitosa
San Juan de Miraflores.- La tarde del 31 de octubre, un grupo de vecinos de San Juan de Miraflores interceptó a un hombre señalado por transeúntes como el autor del robo de un celular y lo sometió a correazos en plena vía pública. El episodio ocurrió en las inmediaciones de la avenida Los Álamos, punto al que acudieron serenos y policías minutos después para trasladar al intervenido a la comisaría del sector. El hecho quedó registrado en videos que circularon rápidamente entre residentes y medios locales.
De acuerdo con testigos consultados por RPP, la persecución empezó cuando la víctima del arrebato empezó a gritar pidiendo ayuda. Varios vecinos le cerraron el paso al sospechoso, lo ataron con una cuerda y comenzaron a azotarlo con correas mientras lo increpaban por el ataque. En uno de los registros se escucha a una mujer reclamarle: “Acá no vas a venir a robar”, mientras otro residente descarga los golpes.
La reacción vecinal se produjo pese a que siempre según los testigos el intervenido portaba un cuchillo. El detalle no es menor: el riesgo de una escalada violenta estuvo presente y pudo derivar en lesiones graves para los involucrados o para terceros. El reporte precisa que, una vez retenido y reducido el sospechoso, agentes de la Policía Nacional y serenazgo de SJM llegaron a la zona y lo condujeron a la dependencia policial para iniciar las diligencias de ley.
El caso vuelve a exponer el clima de hartazgo frente a la inseguridad en varios barrios de Lima. En el relato recogido por la emisora, los residentes hablan de robos recurrentes y de una sensación de desprotección que, en algunos contextos, alienta respuestas por mano propia. Sin embargo, las autoridades suelen advertir que estas prácticas exponen a las personas a delitos más graves, contaminan la cadena de custodia y pueden entorpecer investigaciones que dependen de una intervención formal con actas, testimonios y evidencia correctamente levantada. El estándar es claro: detener y entregar a la Policía.
Más allá de la indignación, hay un camino procesal que debe seguirse para que los hechos no queden impunes. Primero, formalizar la denuncia de la víctima con el mayor detalle posible (lugar, hora, descripción del objeto sustraído). Segundo, aportar pruebas: videos de cámaras de la zona, registros de teléfonos y testimonios de quienes presenciaron los hechos. Tercero, permitir que la Policía y la Fiscalía documenten correctamente la retención del presunto autor y cualquier arma o objeto hallado durante la intervención. Esa ruta fortalece la acusación y reduce la probabilidad de nulidades por una actuación improvisada.
Fuente: RPP
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