Ecuador.- En un escenario marcado por el estado de excepción decretado por el presidente Daniel Noboa, Ecuador se ve sacudido por un acto de violencia que ha llevado a la retención de cuatro policías.
La situación, enraizada en la crisis desatada por la fuga del jefe de la principal banda criminal, se vuelve más compleja con cada acontecimiento.
En la costera ciudad de Machala, tres servidores policiales fueron secuestrados mientras cumplían con su turno, sumándose a un cuarto uniformado raptado en la capital, Quito, según informó la policía en su comunicado emitido hacia la medianoche.
La tensión se incrementa con la divulgación de un video no verificado en redes sociales, donde tres agentes son obligados a enviar un mensaje al presidente, declarando la guerra y amenazando con ejecuciones a partir de cierta hora.
Estos secuestros se desatan en el contexto del estado de excepción de 60 días decretado por el mandatario tras la fuga del líder de la banda criminal.
La medida incluye un toque de queda y la intervención de las Fuerzas Armadas en el sistema penitenciario. A pesar de la situación, Noboa, a través de su cuenta de Instagram, dejó claro que no negociará con terroristas y prometió devolver la paz a los ecuatorianos.
El presidente, enfrentando su primera crisis de seguridad desde su asunción en noviembre, busca recuperar el control de las cárceles y anunció la construcción de dos prisiones de máxima seguridad.
La caza del fugitivo, conocido como "Fito", líder de la temida banda de Los Choneros, está en marcha con policías y militares involucrados en la búsqueda.
La fiscalía ha imputado cargos a funcionarios penitenciarios por su presunta vinculación en la fuga del criminal de 44 años, quien escapó en circunstancias que sugieren posibles infiltraciones.
La tensión se agudiza con actos violentos en distintas regiones, incluyendo la explosión de artefactos en Esmeraldas y Quito, lo que lleva al pedido de "militarización" de instalaciones estratégicas por parte del alcalde de Quito, Pabel Muñoz.
Con más de 460 muertos en choques entre presos desde 2021 y un aumento alarmante de homicidios en las calles, Ecuador enfrenta una crisis de seguridad sin precedentes.
La población espera medidas efectivas y una pronta resolución a la violencia que amenaza la estabilidad del país.