Yemen.- En una respuesta coordinada y contundente, Estados Unidos y el Reino Unido llevaron a cabo bombardeos contra posiciones militares de los rebeldes hutíes en seis provincias yemeníes.
La operación, respaldada por Australia, Baréin, Canadá y los Países Bajos, surge como represalia a los ataques contra buques comerciales en el Mar Rojo.
Bajo la dirección del presidente estadounidense, Joe Biden, las fuerzas combinadas realizaron con éxito ataques en Yemen contra objetivos estratégicos utilizados por los hutíes.
El mandatario estadounidense destacó la respuesta unida y decidida de la comunidad internacional ante los ataques imprudentes de los insurgentes.
Testigos informaron que los bombardeos impactaron al menos seis provincias en manos de los hutíes, exacerbando la crisis humanitaria en curso.
Las áreas afectadas incluyen la capital, Saná; la ciudad portuaria de Al Hudeidah; y las provincias de Saada, Dhamar, Taiz y Hajjah, todas en el oeste de Yemen.
En Saná, la base aérea de Al Dailami fue blanco de dos ataques, mientras que en Taiz, posiciones militares y su aeródromo fueron impactados.
En Al Hudeidah, clave en los ataques a navíos mercantes, los bombardeos se centraron en posiciones cercanas al aeropuerto. Cuarteles militares en Saada también sufrieron el impacto de los ataques.
El viceministro de Exteriores de los hutíes, Husein al Ezzi, denunció la "agresión masiva" por parte de fuerzas estadounidenses y británicas, advirtiendo que ambos países "tendrán que estar preparados para pagar un alto precio". Amenazó con consecuencias severas para Washington y Londres.
La acción militar, según Washington, responde a ataques "sin precedentes" de los hutíes, quienes lanzaron un misil balístico para golpear las rutas de navegación del Golfo de Adén, estratégicas para el transporte de petróleo del golfo Pérsico.
En una escalada de tensiones, Ali al Quhom, del buró político hutí, anunció una "guerra abierta" entre el movimiento respaldado por Irán y la coalición naval liderada por Estados Unidos.
Advertencias de consecuencias más graves han elevado la incertidumbre en la región, dejando a ambos bandos en un punto crítico.
La batalla, según al Quhom, será "más grande y más allá de la imaginación y expectativas" de estadounidenses y británicos, asegurando que lamentarán su agresión.
La situación evoluciona rápidamente, generando preocupaciones sobre el futuro de la región y las implicaciones globales de esta creciente confrontación.