Un millón de pre-órdenes recientes

Destiny 2: Lanzamiento de The Final Shape trae la predecible sobrecarga del servidor

Un posible fracaso podría haber puesto en peligro la independencia de Bungie bajo la propiedad de Sony

El lanzamiento de la tan esperada expansión de Destiny 2, The Final Shape, llegó hoy y, como era de esperar, los servidores están luchando por mantenerse al día con la afluencia masiva de jugadores. Muchos jugadores, incluido yo mismo, somos recibidos con un frustrante mensaje de "servidores no disponibles" al iniciar sesión.

Esto no es una sorpresa. Solo en Steam, Destiny 2 cuenta con más de 250,000 jugadores concurrentes que intentan iniciar sesión, acercándose a su pico histórico de 316,750. Este número sigue aumentando con cada actualización, y estas cifras solo representan a los jugadores de PC en Steam. Muchos otros están intentando acceder en consolas y otros lanzadores.

Si bien algunos jugadores están entrando lentamente en el proceso de inicio de sesión (¡incluidos algunos amigos afortunados!), la mayoría enfrenta una espera significativa. Destiny históricamente ha experimentado lanzamientos con problemas, pero los lanzamientos recientes han sido más fluidos. Bungie incluso anunció esfuerzos para reforzar la infraestructura del servidor para The Final Shape. Sin embargo, la demanda abrumadora como esta siempre presenta un desafío.

Este lanzamiento es un cambio de ritmo bienvenido para Bungie. El año pasado trajo desafíos significativos, con cifras de ventas decepcionantes para Lightfall y despidos desmoralizadores debido a retrasos en The Final Shape y el renacimiento de Marathon. Los pedidos anticipados de The Final Shape inicialmente no cumplieron con las expectativas, pintando un panorama sombrío para el estudio.

Sin embargo, la narrativa cambió drásticamente en los últimos meses. Según una publicación en el subreddit de Destiny, The Final Shape superó el millón de pedidos anticipados, un cambio significativo. ¡La emoción es palpable! Ahora, Bungie, ¡por favor déjanos entrar!

Fuente: Kotaku