Por Isaac Bigio
El domingo 5 el APRA celebró haberse convertido en el primer partido peruano en cumplir 100 años. Pese a haber sido el más importante del último siglo, su festival en la plaza Acho pasó desapercibido.
Cuando Haya repletó este recinto en 1931, buena parte de Lima y provincias llegaron para vivar su discurso antiimperialista. Esta vez, ni el 0.1% de Lima-Callao fue allí. No hubo ninguna figura estelar, pero sí muchos artistas frívolos. Llegue en el clímax del evento a las 7 pm y vi fue una cantante de ritmos modernos comerciales en minifalda mientras la mitad de dicha plaza (donde caben 14,000 personas) estaba sin llenar.
Además de la figura de Haya no se veían otras más, ni siquiera la de Alan García, su único líder que les llevó al gobierno (y 2 veces, en 1985-90 y 2006-2011). Su suicidio no es una fuente de inspiración para el partido que más sufrió persecución en nuestra nación.
El APRA nació en México propugnado la unidad iberoamericana en un solo Estado antiimperialista. Empero, en esa fiesta no vi una sola bandera de los 33 países al sur de EEUU. Menos aún había fotos o consignas de su época primigenia luchadora.
Observé menos gente y menos fervor militante que en las concentraciones por el cumpleaños de Haya (el "día de la fraternidad") que se celebraban cada febrero cuando el jefe estaba vivo o Alan estaba en su auge.
La "Casa del Pueblo", el enorme local aprista, solo atrae a pacientes de sus numerosos servicios médicos. Hasta el "comedor del pueblo" ha dejado de funcionar.
Los pactos con la ultraderecha, el PPC y el fujimorismo, la corrupción de sus cuadros y las pugnas entre Del Castillo y Mulder han carcomido al APRA.
El APRA de hoy es lo inverso al "Búfalo" Barreto, el valeroso luchador obrero que lideró la insurrección trujillana (traicionada por Haya). Su apodo fue tergiversado para bautizar matones.
El APRA no dio un buen espectáculo en la mayor arena de toros del país. Sin embargo, los cuernos que caracterizan a dicho animal son inferiores a los que este partido ha puesto a sus miles de mártires y antiguos presos a quienes ha traicionado al haberse pasado al campo de sus antiguos enemigos.
Isaac Bigio. Politólogo economista e historiador con grados y postgrados en la London School of Economics.
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