La cruda realidad de 'To A Land Unknown'

En 'To A Land Unknown', Chatila y Reda, primos palestinos, se encuentran en Atenas, una parada en su largo viaje como refugiados tratando de llegar a Europa. Intentan reunir dinero para continuar su camino hacia Alemania. Chatila lidera sus esfuerzos, organizando actividades de recaudación de fondos que a menudo involucran actos delictivos, como robar bolsos en el parque. A pesar de su situación desesperada, su crueldad como supervivientes es evidente, y su moralidad está erosionada por la necesidad de sobrevivir.

El director Mahdi Fleifel, conocido por su enfoque incisivo en documentales, ofrece una visión realista de la situación. No romantiza la desesperación de los protagonistas, mostrando que la adversidad no siempre convierte a las personas en héroes. Chatila, en particular, revela su humanidad en las conversaciones con su familia en Líbano, pero la crueldad de su entorno ha deformado su moralidad.

Reda, por otro lado, es más vulnerable y lucha con su propia conciencia. A medida que se ven envueltos en estafas más peligrosas, como hacerse pasar por traficantes de personas, Reda comienza a cuestionar su moralidad. La adicción a las drogas complica aún más su situación, y su intento de mantenerse limpio es un constante desafío.

El albergue donde viven se convierte en un microcosmos de desesperación y codicia, donde cada individuo tiene sus propios motivos ocultos. Chatila busca la ayuda de Tatiana, una mujer con problemas, para ayudar a un niño huérfano a llegar a Italia. Sin embargo, Tatiana también busca su propia ganancia en la transacción, lo que subraya la falta de confianza en este entorno.

Fleifel aborda este material con sensibilidad, evitando glorificar la situación de los personajes. Las actuaciones de Mahmood Bakri y Aram Sabbah transmiten la complejidad emocional de sus roles, destacando la lucha interna de cada uno por mantener su humanidad en un mundo despiadado. La relación entre los primos es el único consuelo en un mundo lleno de incertidumbre.

A través de breves momentos de normalidad, como las interacciones con Tatiana o las conversaciones con sus seres queridos, se vislumbra la humanidad perdida de los personajes. Sin embargo, queda la inquietante pregunta de cómo esta experiencia transformará a Chatila y Reda cuando finalmente lleguen a su destino en Alemania.