¿Quién es y cuál es su método?

Lima: Profesor logra ingreso de 142 estudiantes a la UNI

Docente conocido en círculos preuniversitarios aconseja a los jóvenes luchar por sus sueños.

Lima.- Es ingeniero electrónico, pero lo suyo es la enseñanza. El profesor Aníbal Malger se ha hecho conocido en círculos preuniversitarios por emplear un método que incrementa las posibilidades de ingreso a la universidad de los estudiantes, especialmente a la UNI. Un resultado concreto, señala, es que casi el 60% de sus alumnos ha alcanzado el anhelado ingreso.

Al terminar sus estudios secundarios, Malger postuló sin éxito a Medicina Humana aunque, durante su preparación, se dio cuenta que era muy hábil con las matemáticas y física, por lo que decidió probar suerte en la carrera de ingeniería electrónica de San Marcos, donde ingresó en el primer puesto de dicha facultad.

Esa habilidad y su carisma para enseñar a sus compañeros lo motivaron a convertirse en poco tiempo en profesor de una academia preuniversitaria en sus horas libres. Fue en esa etapa cuando reconoció su talento para explicar de forma fácil los problemas matemáticos que a otros se le hacían difíciles.

“Desde que empecé a estudiar en la universidad, comencé también a dictar clases (preuniversitarias) y me iba bien porque tenía gran acogida. Entonces, la vocación por la enseñanza me fue jalando inmediatamente, me encontré con ella, nos enamoramos y sentí que sería para toda la vida”, expresó en diálogo con la agencia Andina.

Método del andamiaje

Con el transcurrir del tiempo, Malger iba mejorando su forma de preparación al alumno hasta que descubrió el método del andamiaje, del psicólogo ruso Lev Vigotsky, el cual consiste en ir planteándole al estudiante diferentes retos que vayan de menor a mayor grado, a fin de ir avanzando paso a paso en el proceso de su aprendizaje.

De acuerdo con este método, el docente debe ir proporcionando al estudiante pistas o fórmulas para que avance de nivel y consiga los objetivos planteados en cada actividad educativa. Una vez que el profesor logra tal propósito, el alumno será capaz de realizar las tareas propuestas de manera autónoma.

“Empecé a aplicar esta técnica de forma empírica conmigo mismo porque me di cuenta que así entendía mejo. En el año 2000, cuando estudiaba educación, conocí a este autor que afirmaba que la enseñanza debe centrarse primero desde lo más básico, sin saltar a niveles muy altos. Y esto no solo es para aprender matemáticas o ciencias sino a leer o hacer manualidades, ya que uno no aprende de golpe sino con la supervisión de alguien que te corrige”, subrayó.

Este sistema ha permitido que el 60% de los estudiantes de su academia Grupo de Estudio Eureka ingresen a la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) a lo largo de 18 años de creación.

Pero otro punto importante es que Aníbal Malger decidió limitar a 30 como máximo el número de estudiantes por aula, con lo cual se sienten con mayor confianza para preguntar y resolver sus dudas en clase.

“Tenemos una cantidad menor de alumnos en comparación con otras academias preuniversitarias, que son masivas. Contamos solo con 4 aulas en cada una de nuestras sedes y hay 30 estudiantes como máximo en el salón, eso permite que la gran mayoría pueda alcanzar una vacante en la universidad”, subrayó.

Más que un profesor

En 35 años de enseñanza preuniversitaria (los primeros 17 de forma particular), el profesor Aníbal Malger se siente muy satisfecho de haber apoyado a 2,000 jóvenes para que ingresen a la universidad. En diciembre último, un nuevo reto se cumplió: 142 estudiantes conquistaron una vacante en el reciente examen de admisión de la UNI para escolares.

Sin embargo, confiesa que no solo es profesor de matemáticas y física, sino también a veces hace de tutor, coach y psicólogo con el objetivo de brindar a los jóvenes postulantes el apoyo emocional que necesitan en esta etapa de postulación.

“Hoy vemos en los chicos muchos vacíos que no son cubiertos por la familia, por lo que nuestros profesores tienen la misión de dar ese soporte emocional que requieren. Les brindamos orientación vocacional, consejería y tratamos también de hablar con los padres porque el apoyo de ellos es sumamente importante”.

Todo este esfuerzo se ha visto cristalizado en el agradecimiento sincero de sus exalumnos en situaciones más inverosímiles, como cuando viajó a Canta por una fiesta costumbrista y no encontró alojamiento. Ya resignado a pernoctar en un parque, un joven se acercó y lo saludó efusivamente recordándole que fue su alumno y le ofreció posada en su casa.

Otro caso que recuerda con cariño es el de una joven que postuló en dos ocasiones a la UNI en la modalidad de deportista calificada. Ella era la única postulante para una sola vacante, pero no lograba ingresar porque no alcanzaba el puntaje mínimo. En el tercer intento se preparó con él, y tras darle la confianza necesaria, pudo lograr la meta.

Una situación similar, narró, fue la de un muchacho que no lograba ingresar a la UNI porque, a pesar de alcanzar alta calificación en el área de matemáticas, su puntaje era muy bajo en física y química, lo cual le restaba en la calificación general.

“A este estudiante tuve que ponerle bastante dedicación porque llegaba con el antecedente de que no le gustaba física ni química. Había que ir picadito con él, es decir, paso a paso hasta que logró aprender estas materias bastante bien logrando ingresar a la UNI con un buen puntaje”, precisó.

Este año, en el reciente examen de la UNI su estudiante Cristopher Ríos Zamora (17) ocupó el primer lugar, con nota 18,3, en la carrera de Ingeniería Civil, que ofrecía 150 vacantes y donde postulaban más de 4 mil. Reconoce que este triunfo le llena de orgullo y demuestra que el sistema de andamiaje es eficaz en cualquier proceso de aprendizaje.

El profesor Aníbal, como así lo conocen en la academia, aconseja a los jóvenes luchar por sus sueños, sea cual fuese, con dedicación, disciplina y esfuerzo y no desmayar ante las dificultades. “Si tenemos un sueño hay que ir tras de él y no solamente soñarlo sino trabajar para llegar a él; las cosas llegarán en su momento. Hay que tener paciencia, mucha disciplina y fe en uno mismo”, afirmó.

Fuente: Andina

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