Opiniones
Sobre el discurso de Raúl Porras Barrenechea en el colegio América del Callao en 1943*
Por Augusto Lostaunau Moscol
En diciembre de 1943 el reconocido y connotado historiador sanmarquino Raúl Porras Barrenechea pronunció un discurso en el Colegio América del Callao para los estudiantes que conformaron la promoción. El Colegio América Callao High School fue reconocido como tal desde 1922. Es el resultado de la fusión de varias instituciones como las Escuela de Primaria de 1912 que conformaron el Anglo American School. En 1938 el “Anglo” se fusionó con el Callao High School dando origen al “América”. Además, en 1940 el colegio dejó sus antiguos locales en Sáenz Peña y Colón para ocupar su nuevo local en Bellavista, en el local de la Clínica Anglo-Americana. Porras empezó indicando:
“Yo no tengo para merecer este honor y esta gentileza, más títulos que mis largos años de consagración a la enseñanza. Hace veinte años, en 1923, que yo ingresé como profesor a un colegio de las mismas orientaciones y el mismo espíritu de este -el Colegio Anglo Peruano de Lima- y en él persisto a pesar de la diversidad y complicación de mis estudios de investigación y de mis deberes universitarios” (1958: 163).
En el año de 1943 Raúl Porras Barrenechea ya era un historiador que gozaba de prestigio y respeto académico-intelectual muy bien logrado. Sus clases en San Marcos y sus investigaciones y publicaciones de divulgación u opinión lo había convertido en una voz civil muy considerada ya sea por los grupos de poder como de aquellas organizaciones políticas que luchaban contra el sistema. Junto a José de la Riva-Agüero y Osma; Jorge Basadre Grohmann y -años después- Alberto Flores-Galindo Segura, son de aquellos historiadores que no vacilaron en tener a la educación como un aliado para divulgar y sostener -con firmeza- sus propuestas ideológicas sobre el devenir de nuestra sociedad. Es más, el mismo Porras indica que no ha dejado su lugar de profesor en el colegio Anglo Peruano de Lima. Un connotado historiador orgulloso de dictar en el colegio secundario. Que lejos están muchos que se autoproclaman de “connotados” y desprecian la educación básica como un espacio laboral.
Raúl Porras, muy afectado de la tragedia nacional de mayo, agregó:
“El gran deber de las democracias, después de la justicia, es el de la cultura. Una gran tragedia ha sobrevivido este año para la cultura peruana sobre la que se ha tendido el mismo manto de silencio y de impunidad que sobre otras dolencias nacionales” (1958: 171).
El 10 de mayo de ese mismo año, se produjo el voraz y pavoroso incendio de nuestra Biblioteca Nacional del Perú. Los rumores sobre una posible intención de incendiar la institución mayor de nuestras publicaciones se esparcieron entre los grupos académicos y la sociedad en general. Se dijo que el incendió fue intencional para “borrar” las pruebas de la “perdida” sistemática de nuestro patrimonio bibliográfico y documental. No olvidemos que en 1962 en la ciudad de Buenos Aires (Argentina), el embajador peruano Pedro Ugarteche y Tizón logró impedir que dos folletos de la autoría del doctor Justo Figuerola publicados en Lima en 1822 y que contaban con el sello de la Biblioteca Nacional del Perú -incluso uno de ellos con fecha de 1915- fueran subastados. Ambos folletos fueron devueltos al país por la Comisión de Recuperación de Bienes de la Nación que existe en Argentina desde 1938. Por ello Porras criticó duramente que el Informe final no indique nada. Los rumores sobre la “perdida” de libros y documentos siempre han formado parte de nuestro diario quehacer.
*Porras Barrenechea, Raúl. Discurso en el Colegio América del Callao. En: Palabras a la Juventud. Biblioteca del Estudiante Peruano T. IX. Lima-Perú. 1958.
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