Opiniones

¿Es malo criticar o reclamar?

Augusto Lostaunau Moscol

No soy una persona que le guste opinar mucho sobre el futbol. El deporte más popular en toda la historia de la humanidad. Así como la antigua Grecia nos dejó personajes mitológicos, semidivinos y heroicos luchadores; igualmente lugares emblemáticos. Aquiles, Héctor, Leónidas; Troya o las Termópilas, fueron el tema de grandes conversaciones en la escuela o en el hogar. Actualmente, el futbol ha desplazado a esos personajes y lugares para traernos nuevos dioses, semidioses y heroicos luchadores; igualmente nuevos lugares emblemáticos: Pelé, Maradona, Platini; El Maracaná o El Parque de los Príncipes son el tema de conversación en escuelas y hogares. Un milenio más durará su fama y honor.

Pero, en el caso del futbol practicado en el Perú, la cosa es diametralmente opuesta. Ya sea como equipos o con la selección masculina, las imágenes y recuerdos son de derrotas e injusticias. A nivel internacional, siempre los clubes peruanos de futbol han sido perjudicados por un pésimo arbitraje que rápidamente colocó las cosas en contra. Expulsiones y penales inexistentes son cosas de todos los años. Lo mismo se repite con la selección masculina. Cada generación de peruanos recuerda un árbitro que inclinó la cancha en contra de nuestra selección. Expulsiones y penales inexistentes es cosa común cuando la selección juega. Y no sólo de visitante, también de local.

El Estado Nacional -como muchos otros estadios a nivel nacional- son los lugares donde los peruanos hemos sufrido de las mayores injusticias por parte de árbitros extranjeros. Los aficionados asistentes en las tribunas han reclamado e insultado a esos señores “de negro” que casi siempre han sonreído con los rivales y han gritado a los peruanos.

Aunque, lo que siempre nos ha llamado la atención es que mientras un país completo se siente afectado por tamañas e injustas decisiones, los llamados “Dirigentes deportivos” y los “Comentaristas deportivos” jamás han realizado un reclamo o una crítica a nivel internacional por ese rosario de atropellos y latrocinios contra las esperanzas de un pueblo.

Incluso hasta con el famoso VAR, la situación no ha cambiado. Cuando un jugador peruano comete una falta, el árbitro decide acudir al VAR para expulsarlo. Claro, que el árbitro acude al VAR cuando los jugadores extranjeros lo han gritado y casi linchado. Muy sumiso el árbitro “cumple su función”. Por el contrario, cuando un jugador peruano recibe una falta, el árbitro sólo amonesta al agresor y jamás recurre al VAR. En estas últimas eliminatorias, el caso Neymar (tanto en Lima como en Brasil es aleccionador). Incluso, si el jugador peruano reclama, puede ser amonestado y expulsado por “ofender a la autoridad”.

Y parece que en este último punto se encuentra el nudo del asunto. ¿Por qué los dirigentes de la Federación Peruana de Futbol no reclaman y critican en forma enérgica y contundente los malos arbitrajes y a las autoridades de la CONMEBOL? ¿Por qué los denominados “Comentaristas deportivos” no hacen una crítica y un duro comentario contra las decisiones arbitrales? Porque eso se traduce como “criticar y reclamar a la autoridad”. Y eso en el Perú es impensado.

Que la FPF o los “Comentaristas deportivos” reclamen, critiquen o denuncien a las autoridades de la CONMEBOL o la FIFA, es un mal ejemplo que en el Perú no debe existir. Porque, el peruano debe comprender que por más injusta, ilegal o ilegítima que pueda ser, a la “autoridad se le respeta”. Entonces, es mejor vivir frustrado que ejercer tu legítimo y legal derecho a la protesta.

Así, el futbol es utilizado como un instrumento de sometimiento a los ciudadanos peruanos. Pese al descontento, nadie le puede hacer o decir nada al árbitro porque es la autoridad. Y mientras un pueblo entero se siente agredido y robado, los dirigentes siguen con la cabeza agachada porque eso les permite viajar por el mundo en nombre del futbol peruano. Ese futbol que no existe, pero que genera grandes ganancias legales e ilegales.

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